En este texto trataremos
específicamente el tema de mandala como una herramienta de pensamiento
sistémico. Por siglos y a lo largo de la historia de la humanidad ha estado
presente como una herramienta de representación y reflexión acerca del mundo natural.
En esta ocasión usaremos la mandala como una herramienta igualmente representativa
pero con fines analíticos y de
identificación de situaciones, problemas y posibles soluciones en
entornos específicos. Se reflexionará acerca de su implementación, utilidad y
limitaciones como estrategia de estimulación del pensamiento y visualización de
sistemas.
Mandala significa círculo en
sánscrito. Es una estructura sencilla con un vasto concepto y significación.
Como su nombre lo dice se basa en un círculo que gira alrededor de un foco
central hacia el cual se enfoca todo el
movimiento de las formas y sobre el que se enfoca el ojo humano, creando así
una estructura que nos permite entender la base u origen de un problema.
Alrededor de este punto de origen se extienden infinidad de figuras que
descomponen un microcosmos en un macrocosmos o universo. Con esto descomponemos
la fuerza u energía de un foco central en múltiples partes y áreas de interés.
Lo interesante de esta
herramienta como estrategia de análisis de problemas es que nos permite
movernos por niveles en dos direcciones. Si partimos identificando el foco, al
crecer y rodear este centro vamos identificando las partes que lo hacen esencial y sobre las cuales podemos
trabajar para gestionar un cambio. Por otro lado si se tiene un macroproblema
al que no se le ha identificado el foco, el mandala se construye de afuera
hacia adentro, trabajando el pensamiento
convergente y unificando las partes hasta llegar a ver de manera mucho más
evidente cuál es ese punto de interés.
Dentro de los alcances del
mandala puedo identificar la propiedad de permitirnos ejercitar el pensamiento
divergente al partir de un foco y crecer hacia afuera, y el convergente cuando el universo trata de
centralizarse en el punto focal. Otra de las bondades de esta herramienta está
el permitirnos crear una representación sencilla de la naturaleza pero que está
llena de significado y por medio de la cual podemos identificar relaciones no
solo de manera transversal, sino de la parte con el todo. Es importante ver
como su estructura nos evidencia niveles que contienen un universo en el cual
de la manera más natural el ojo humano es dirigido directamente al centro.
Aunque las mandalas son muy
buenas puesto que son estructuras predeterminadas que estimulan el pensamiento
divergente y nos impulsan a generar ideas y consideraciones que no habíamos tenido
anteriormente, como herramientas de análisis también presentan ciertas
limitaciones. Una de estas barreras que presentan las mandalas, es el hecho de
que nos permite simplemente un trabajo en dos dimensiones, no es como otras
herramientas en las cuales podemos identificar niveles y por medio de estos
llegar a establecer otro tipo de relaciones. Otra dificultad también es la del establecimiento de
relaciones, con las mandalas, las relaciones no están demarcadas de una manera
tan explícita como en los infográficos.
Al realizar la lectura acerca de
mandalas y fractales encontré interesante el tema que trata la autora de cómo
los seres humanos a lo largo de la historia hemos visto la necesidad de
representar la naturaleza. Es como un deseo tácito de plasmar lo que se vive y
experimenta, de representar de una manera permanente ese mundo aparentemente
efímero. Sin embargo lo veo un poco más allá de querer conservar un pedazo de
realidad, también creo que la idea de la representación es la comprensión, la
simplificación de un mundo complejo e intrincado que trata de simplificarse con
geometrías abstractas.
Otra idea interesante de la
lectura es el hecho que la forma en la que su geometría está constituida, nos
plasma en el centro un foco que representa lo inmóvil y lo eterno, sobre el
cual se constituye de manera ordenada el universo circunscrito en un círculo
que simboliza una manifestación total. Es también ver representado un orden y armonía
en donde sistemas de redes se descomponen en unidades idénticas que se repiten
con regularidad. Esto representa a un todo descompuesto en partes con una
estructura similar a pequeña escala, que me lleva a analizar como todos los
microsistemas son mimesis de macrosistemas con una misma estructura y
organización, lo único que cambia es el horizonte, la perspectiva; es cuestión
de tamaño y del establecimiento de unos límites de comprensión.
Las mandalas al ser muy visuales
nos ayudan a tener una visión simbólica y fácil de comprender de una situación,
vista como un universo con sus partes significativas debidamente desplegadas
como ejes de un foco central o microcosmos sobre el cual se construye todo el
universo. Es un instrumento grandioso si consideramos importante el análisis de
las partes en relación al todo y el todo como composición de sus partes, se
basa por eso en construcciones holísticas que nos permiten a partir de geometrías
simples y llamativas representar problemas complejos y situaciones intrincadas.
Como conclusión podemos ver a
las mandalas como una herramienta de increíble utilidad en el momento de
plasmar un problema y ver sus partes, actores y componentes. Sin embargo creo
que esta debería ser una de las herramientas que primero se aprendan ya que es
muy buena ayudándonos a identificar las partes de un problema, más no como
instrumento para encontrar soluciones. Por esto creo que las mandalas se deberían
aplicar en las fases iniciales de reconocimiento de situaciones, mientras que
infográficos, zooming, arquetipos y
CATWOE en etapas más posteriores de búsqueda de soluciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario